martes, 17 de abril de 2012

Programas de Canje de Deuda por Educación


A través de los canjes de deuda por educación no sólo los países logran aliviar su situación de endeudamiento sino que pueden destinar estos recursos para fomentar una educación de calidad y equidad. 
Los canjes empiezan a generalizarse a comienzos de los 90 cuando reciben el respaldo del Club de París, que estableció una normativa sobre los mismos, y el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE decidió considerarlos como Ayuda Oficial al Desarrollo. 
Como se señala en el informe “Luces y sombras, un análisis de los canjes de deuda por educación” (2006) es en los últimos años cuando el Gobierno español ha comenzado a explorar la utilización de los canjes de deuda por educación como un instrumento más de cooperación al desarrollo.
El informe del SEGIB “Experiencias y Resultados de los Canjes de Deuda por Educación en Iberoamérica” (2006) se refiere a estos programas como: 
“El mecanismo de un programa de canje de deuda es relativamente sencillo, aunque su puesta en práctica no carece de complejidad. Un país acreedor acuerda con un país deudor que una parte de la deuda vigente entre ambos no se pagará sino que se dedicará a realizar proyectos e inversiones sociales en el país endeudado. Una vez establecido el monto de la deuda a canjear, los aspectos financieros –plazos de desembolso y, tasa de conversión (% de la deuda que se ingresa en el Fondo Contravalor)- y el sector al que se dedica el canje (inversión privada, medio ambiente o desarrollo social), el país deudor depositará el importe del servicio de esa deuda, con el descuento pactado, en un Fondo Contravalor o instrumento similar en moneda local.” 25 
Si bien es innegable que estos programas aspectos muy positivos para los países beneficiados, en el informe “Luces y sombras, un análisis de los canjes de deuda por educación” (2006) se señalan los siguientes aspectos negativos: 
“Sin embargo, algunos aspectos de estas operaciones continúan todavía en la sombra. Los montos canjeados son escasos y las ventajas fiscales son insuficientes, sobre todo para los países no HIPC en los que no existe tasa de descuento. Además, la ayuda sigue estando ligada a empresas y ONG españolas, lo que resta eficacia al instrumento. Por otra parte, es mínima la coordinación con otros países acreedores, para generar sinergias positivas entre distintas operaciones de canje. La participación de los órganos competentes, como los ministerios de educación, y de la sociedad civil, tanto del Norte como del Sur, es limitada y, cuando se produce, queda reducida a la gestión de los fondos, sin incluir cuestiones tales como la negociación de los canjes o la toma de decisiones. Por último, el principio de transparencia queda en entredicho al excluirse, como aspectos evaluables, el origen de la deuda y el diseño de las operaciones.” 

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